sábado, 20 de septiembre de 2014

-Un café con leche muy cargado, por favor.
Llegas a tu bar favorito chorreando por la que está cayendo fuera. Pero no te quejas ya que ella te abraza y te envuelve cuando nada encaja. Ocultando tus lágrimas mediante sus palabras de alivio al compás del ritmo de tu corazón.
Llevas bufanda y te escuecen los ojos por ese rímmel que se ha dedicado a correrse entre la sal y la tormenta, pero aún así, puedes ver que tu lugar favorito de la barra está ocupado por ese que intenta ligar con la camarera con sus ojos verdes, que con la mirada le dice "báñate en mis ojos y que se joda el mundo". Ella pasa de él y desvía la mirada. Se la sigo y va a parar hasta esa máquina de tabaco que no sirve para nada más que para expender recuerdos. Queen, cántandome desde la rockcola su 'The show must go on'. Perfecto. Hoy parece que la música, el tiempo y el olor a tabaco y a whisky se han puesto en mi contra para escribir tu nombre sobre mi piel mediante sinestesias y escalofríos.
Y sin embargo, me haces sentir bien.

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